Por razones que no vienen al caso, he estado una
buena temporada sin conexión a la red, pero no he permanecido ocioso. Mi media
docena de seguidores fieles puede respirar tranquila: no he tirado la toalla.
En octubre se cumplió un año desde que empezó la pelea y aún encuentro objetos
que arrojar desde el tejado y tampoco faltan ganas.
Alguna de las entradas ya terminadas remiten a
fechas pasadas, como es el caso de la dedicada a Franco o las de la masacre de
París, pero espero y deseo que no por ello hayan perdido vigencia.
En el futuro próximo quería dedicar espacio a la
crítica de la izquierda existente, en parte con cosas hechas anteriormente y en
parte con cosas nuevas. Por supuesto, también me dedicaré a otros asuntos, pero
quería advertir aquí de que aunque pondré mucho cuidado en evitarlo, bien
pudiera ser que en alguna entrada repita ideas ya escritas en otra anterior o,
por el contrario, dé por sabidas materias de las que no me he ocupado aquí.
En cualquier caso, velita soplada y tarta comida,
sigue el combate...
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