jueves, 5 de octubre de 2017

LA PENÚLTIMA VEZ


 Nunca digas de este agua no beberé ni este cura no es mi padre, pero siento que he dedicado demasiado espacio al proceso de las narices, que no deja de ser una escaramuza entre patriotas (llamarlo guerra sería demasiado aunque, como veremos, el tono se ha demasiadizado demasiadamente). Al fin y al cabo, sigo siendo fiel a la consigna de un patriota, un idiota.
Sucede que aún me sigue escociendo mucho que la huelga general / paro de país del martes fuera convocada por gente que dice ser representante del anarquismo porque de ser así va a ser que el anarquismo y el mundo han cambiado mucho o yo he cambiado demasiado poco o las dos cosas a la vez.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras y eso era cierto hasta que se democratizó el trucaje de imágenes. Si en las primeras décadas del siglo XX el montaje fotográfico era considerado arte, hoy es una de esas cosas que los niños pequeños aprenden al mismo tiempo que a administrarse sus dibujos favoritos en el móvil de sus padres. Si creemos cualquier cosa nos puede pasar como a Josep Maria Mainat, que pedía el Pulitzer para esta foto



Dan ganas de pedir para él el premio Nóbel. En cualquier categoría, eso es lo de menos[1].

La idea es resumir un poquito lo que de anarquista, anarcosindicalista o libertaria ha tenido esta huelga general convocada por los sedicentes[2] anarquistas, anarcosindicalistas y libertarios variados. Aunque sí un poquito más que Josep Maria Mainat, no soy experto en distinguir las imágenes falsas de las auténticas, así que recurriré a sus propias fuentes para que no me acusen de manipulador[3].

El motivo
Se armó un cierto revuelo cuando algún columnista derechoso de orientación pepera o pesoera escribió que los del proceso buscaban un muerto. Cafres, cavernícolas, de todo les llamaron...
Bueno, quizá tuvieran razón y los del proceso no lo querían, pero los anarcoides parece que sí. Y como para su desgracia y nuestro alivio no lo hubo, lo imaginan.



Porque al lenguaje se le pueden dar muchas vueltas, pero una matanza implica muertos. Muertos reales, no se puede hablar de que aquí ha muerto la democracia o la confianza o la ilusión o cualquier otro concepto. La matanza significa que alguien deja de respirar para siempre. Aquí y en la China Popular, que diría Carod Rovira[4].
Aunque ese pequeño detalle no obstaculizó la representación. Los manifestantes fueron a depositar flores delante de los colegios donde hubo enfrentamientos como si estuvieran rindiendo culto a los caídos. El pequeño problema es que los caídos estaban o bien en su casa o bien en la propia manifestación, porque de los casi novecientos sólo dos tenían pronóstico grave, un viejo al que le dio un infarto y uno que recibió un pelotazo en un ojo.
Pero bueno, si obviamos el pequeño detalle de que no hubo, lo demás es como si hubiera habido. Si uno escuchaba la transmisión de Mònica Terribas en Catalunya Radio el día del referéndum parecía que hubiese muerto hasta el apuntador...

Argumentos para manifestarse
El motivo es la matanza, de eso no cabe duda, pero una vez claro esto, hay que revestirlo con algunas razones. Cualquier matanza no es digna de convocar una manifestación. Por ejemplo, los anarcoides no convocaron ninguna por los muertos verdaderos y contables de la masacre de Las Ramblas y Cambrils. Estaban más preocupados por la islamofobia...
Uno de los motivos es la agresión del Estado español[5] contra el pueblo catalán.




Y aquí aparece uno de los conceptos que más sangre ha derramado desde que se inventó, el pueblo. El Volk, un producto alemán del siglo XIX, exactamente el mismo que invocaban los nazis, pues se enseñaba en las escuelas a las que ellos acudieron de niños.
Es cierto que Bakunin fue nacionalista y gustaba mucho del concepto. También es cierto que la obra de Bakunin debería ir a la basura. Pese a lo mucho que lo intenté, jamás pude acabar un libro suyo, tal es su desorden mental en mi humilde y criticable opinión. Sin embargo, cuánto he disfrutado leyendo a Thoreau o a Godwin, cómo he apreciado su inteligencia, su claridad, su ironía... En fin, pecado inconfesable cuando simpatizaba con el anarquismo organizado. Hasta el puesto en entredicho Proudhon me gustaba más que el Kropotkin que disparataba sobre los hormigueros y unas comunas medievales que sólo existieron en su imaginación...
Probablemente el lema más estúpido del anarquismo organizado sea “Ni guerra entre pueblos ni paz entre clases”. O la Humanidad se divide en pueblos o se divide en clases. Porque nunca coinciden. Salvo que lleguemos al gran hallazgo de la Quinta Asamblea de ETA que inventó el concepto de Pueblo Trabajador Vasco... En fin, bromas crueles, las justas.
En todo caso, ellos dejaron bien claro que el referéndum de autodeterminación les traía al pairo, que ellos se manifestaban contra la agresión del Estado español al pueblo catalán y por la revolución social que cambiará todo de arriba abajo en este pueblo. Confieso que esta imagen me parece especialmente cruel. Y quizá por eso me hace reír tanto...




Es la única en que he encontrado banderas anarquistas y de organizaciones anarcoides mínimamente visibles, pero en la imagen apenas se distinguen sepultadas bajo una lluvia de una especie de confetti formado por... ¡papeletas del referéndum! ¿Acaso existiría mejor manera de proclamar que los sueños grandilocuentes de los anarcoides están (casi) tan acabados como ellos?
Cualquiera diría que no, pero hay que esperar a ver el balance.

El balance
Clarísimo. El pueblo catalán ha aprendido la lección de una vez y para siempre: la represión es lo peor.




Siempre y cuando, claro, la represión la ejerzan las fuerzas no autonómicas. De cajón. Si las de casa nos han dejado cortar casi sesenta carreteras. Qué enrollados...
También es verdad que no se nos ha ocurrido hacerles gestos, gritarles o tirarles piedras. ¿Para qué, si son amigos?
¿Qué dices de que han sacado una decena de ojos a pelotazos, español de mierda?

La repercusión internacional
Amplia, prestigiosa, esforzada y generosa. Ahí va la lista





Conclusión
Como decía Thoreau, una persona con más razón que sus contemporáneos ya constituye una mayoría de uno.
Realmente, atribuírsela es un pecado de soberbia.
Precisamente por eso me apetece hacerlo.
Así que a los anarcoides les haré una pregunta muy sencilla: ¿Sabéis contar?
Pues no contéis conmigo.





[1] Josep Maria Mainat ha sido corresponsable histórico de unas cuantas bazofias, desde La Trinca hasta los programas No te rías que es peor o Crónicas Marcianas. Recuerdo a Josep Lluís Carod Rovira quejándose de que si Cataluña fuera un estado ya tendría un premio Nóbel...
[2] No confundir con sediciosos, que de eso hubo poco.
[3] Todas están tomadas de un artículo escrito por los anarcoides convocantes o próximos a ellos: “Cobertura 3 O”, alasbarricadas.org, 03/10/17.
[4] China era la imagen que inspiraba a Julian Assange, el que poco después recordaba a Pancho Sánchez, que debe ser el escudero que acompañó a Don Quijote en sus aventuras mejicanas hasta ahora inéditas.
[5] Por alguna extraña razón lo suelen escribir así.

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