Uno va a comer a un restaurante y le sorprenden con un plato que tiene
un toque especial, que sabe maravillosamente bien, un plato del que no hubieras
podido deducir que consistía en semejante maravilla con leer la descripción que
ofrecía el menú y las explicaciones ofrecidas por el camarero... A partir de
ahí, ¿cuál es el mayor placer que te puede ofrecer ese plato ya engullido,
aparte de los recuerdos de una memoria que sabemos que es caprichosa y
traicionera?
Pues que te repita toda la tarde. El hecho de que su sabor te vuelva a
la boca y vuelva a llenar del mismo placer inesperado los recipientes de tus
sentidos. Sí, la repetición es un gran placer. Por eso los niños lo prefieren
sobre la variedad tan apreciada por los adultos. Los niños, que son lógica pura
antes de que los adultos nos dediquemos a desvirtuársela con gran afán,
entienden que repetir algo agradable lo será, frente al riesgo de enfrentarse a
algo que puede ser agradable o terrible.
Así que me apetece repetir el plato... Mejor aún, dos platos.
El 21 de setiembre me quejaba de que cuando otros cobraban, la
catalanada había mirado hacia otro lado.
El 28 de marzo contaba la triste historia de Juan Manuel Bustamante. Nahuel,
que había pasado un año en prisión preventiva por unas acusaciones gravísimas
pero insostenibles que como llegaron se fueron. Tal fue así que sin que se
presentara prueba o argumento nuevo, Nahuel
salió inopinadamente de prisión[1].
La juez era la misma que ha mandado al trullo a los dos Jordis. No recuerdo
su protesta contra la prisión preventiva de Nahuel. Supongo que pensaban que
era un asunto entre españoles, algo en lo que no merecía la pena meterse. En
caso de haberlo sabido. Porque estos viven en su círculo autoonanístico sin
tregua que les recuerda cada día que pasa lo grandes, inteligentes e importantes
que son...
No os preocupéis, si realmente sois inocentes como Nahuel en un año estaréis en la calle.
Lo contrario será una decepción para mí...
[1] Por supuesto, sigue acusado de los mismos delitos.
La diferencia es que antes eran tan graves como para decretar prisión
preventiva y luego como que se devaluaron...
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