No hace mucho una de las corrientes[1]de
Podemos ― denominada Anticapitalistas y conocida cariñosamente como Anticapis ―, apoyaba sin
reservas la declaración unilateral de independencia de Cataluña. Aunque, como
siempre sucede en esa olla de grillos, dos de los anticapis más conocidos
(Teresa Rodríguez y mi gran amigo Kichi) se distanciaban de ella con grandes
aspavientos.
Pensaba en estos anticapis y pensaba en las CUP, que también gustan de
definirse anticapitalistas pero por mucho que he pensado no sé dónde reside
exactamente su anticapitalismo. Tampoco quiero complicar mucho la cuestión pero
si en Podemos hay una corriente anticapitalista ¿significa que hay corrientes
procapitalistas? Es lo que me temo, como pronto dejaré claro[2].
El capitalismo es una visión completa de la sociedad pero parece
evidente que se basa en la economía. Y sin embargo, eso es lo que más se puede
echar en cara a las izquierdas existentes, que no tienen programa económico.
O, mejor dicho, sí lo tienen pero les da vergüenza escribirlo.
Por razones obvias...
La gestión de las emociones
Si hay que definir a la izquierda moderna hay que hacerlo por
agregación. Se nutre de los que están en contra del fascismo, del racismo, del
machismo y otro buen montón de asuntos sin tener en cuenta que ese es un
programa perfectamente asumible por la derecha más convencida. Se da la
paradoja de que un izquierdista como Javier Marías podrá criticar sonoramente
alguna parte mientras un derechista convencido como Mario Vargas Llosa lo
suscribirá por entero sin que se le puedan encontrar contradicciones.
De hecho, si la Unión Soviética fue la primera en reconocer ciertas
libertades individuales, fue poco imitada en su zona de influencia y acabó por
perder pie del mismo modo que se adelantó y luego no dejó de ceder terreno en
la carrera espacial.
Si la izquierda, entendida como oposición al sistema existente, debe
ser algo es anticapitalista[3].
Sin embargo, en la izquierda de hoy se puede encontrar cualquier cosa menos un
programa económico.
Pese a aquella famosa frase de “es la economía, estúpido”, hace tiempo
que nadie formula una alternativa al sistema. Que no lo hagan los que tienen el
poder y los que aspiran a ser su recambio parece fácil de entender pero que no
digan nada claro los que se cagan en ese mismo sistema, en fin...
Por sus obras los conoceréis
Aunque no hablen claro ― ni turbio, porque no hablan de ninguna manera ―, algo podemos
deducir de sus exigencias cuando les ha sido permitido presentarlas. Tanto las
CUP como Podemos han coincidido en lo esencial. Se trata de redistribuir lo
recaudado de otra forma y en un futuro aumentar esas partidas destinadas a la
redistribución.
Es decir, que su idea económica se basa en lo que hay y lo único que
cambia es la manera de entenderlo. Si hasta ahora se han destinado X millones a
tal concepto, a partir de ahora se destinarán 2X, y lo que falta se sacará de
una partida que no cuente con el “favor popular”, por ejemplo el gasto militar.
Pero esta medida sólo puede durar uno o dos años, pues se supone que
la cuantía debe aumentar de forma apreciable después de ese periodo de
transición. Si este es un planteamiento básico para Podemos, resulta
imprescindible para las CUP, pues cualquier aumento del gasto en una partida
debe hacerse a expensas de otra ya lamentablemente recortada. Con lo cual, sólo
caben dos opciones, o aumentar los impuestos a las empresas o aumentar la base
recaudatoria sin tocar los tipos.
La primera opción ni ha llegado a plantearse. Eso debería hacer recapacitar
a muchos pero no va a ser así, sus seguidores lo son movidos por la fe, no por
la razón. La segunda implica que a las empresas les vaya muy bien para que,
pagando el mismo porcentaje, paguen más.
Ahí no cabe hecho diferencial alguno, los de Podemos plantearon lo
mismo, una mayor cantidad a repartir según sus criterios.
Ni una palabra por parte de unos y otros sobre cómo organizar de otro
modo la producción y la distribución, no van más allá de reorganizar el reparto
de lo existente. Y, por tanto, defienden su existencia como el que más...
APROVECHANDO EL ESPACIO
El sábado se celebró el día contra el maltrato a las mujeres o algo
similar. No quiero dejar pasar la oportunidad para mostrar no ya mi solidaridad
con todas las maltratadas sino mi simbiosis. Somos un solo cuerpo. Vuestro
dolor me duele.
Pero no quiero refugiarme en conceptos divisivos como el feminismo o
simplemente estúpidos como el patriarcado. Se os utiliza como símbolos de poder
o se os golpea porque vuestra constitución física es más débil.
La cuestión es más elemental y más profunda a la vez pero me temo que,
como lo que he contado anteriormente, depende de una alternativa consecuente
que aún está por inventar...
[1] No sé exactamente lo que significa la palabra. Había
partidos izquierdistas clásicos que reconocían oficialmente una especie de
subagrupaciones que podían llamarse corrientes, líneas, tendencias o de otro
modo pero no sé qué estatuto tiene este tipo de asociaciones en Podemos, si es
que tienen alguno y, sinceramente, me da mucha pereza averiguarlo.
[2] Obvio a gente como Colau o Carmena, que nunca se han
declarado como tales. También a otros grupos minoritarios que sí lo hacen
porque creo que se les pueden aplicar las mismas conclusiones con ajustes
mínimos.
[3] Yo añadiría que atea y anticlerical pero esto es
complicado hoy día. No por la iglesia católica sino por la religión musulmana,
a la que la izquierda de hoy ve de cualquier manera menos como religión...
No hay comentarios:
Publicar un comentario