El día 8 estaba
convocada una huelga de mujeres y confieso que, como entusiasta de Aristófanes,
la convocatoria despertó mi atención.
Al final resultó
lucida. Seis millones de huelguistas es una cifra respetable, aunque la base de
cálculo no está muy clara[1],
y las manifestaciones fueron concurridas y la impresión general es que tanto
la huelga como las manifestaciones
fueron transversales, que es como llaman ahora a lo que antes se llamaba
interclasista.
No es de
extrañar, había recibido adhesiones curiosas. Según un artículo, la reina
Letizia la apoyaba subrepticiamente, pues al parecer había vaciado su agenda de
actos para el día 8 y “la web de la Casa Real no registra ningún acto
institucional para ese día, lo que resulta un detalle muy significativo” aunque
según otra fuente, “En el caso de la reina Leticia, algunos medios han
publicado que hizo “huelga” el pasado 8 de marzo porque su agenda estaba vacía
de contenido, pero lo cierto es que tanto el día 7 como otros días laborables de
esta semana y de otras, la agenda de la reina también consta sin actividad, con
lo que la interpretación de que estaba de huelga el 8 de marzo es atrevida”.
Vamos, que a la Reina no le gusta trabajar y en eso ― y
sólo en eso ― le alabo el gusto. Y por si no fuera
suficiente, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro ha dicho que “Lo
comprendo, claro. Hay que defender sus derechos. Lo haría también, lo hace
también de hecho, la Santísima Virgen María” [2].
(Me encanta el lapsus. Primero habla de ella como si estuviera muerta pero
luego se ve que recuerda que no sólo está viva sino que es el único ser humano
que ha tenido el privilegio de no morir, pues fue transportada al Cielo en
vida. Hasta El Sandalias estuvo muerto cuarenta horas[3]).
En resumen, más
allá de las anécdotas, el hecho de que “comunicadoras” tan poco sospechosas de
ser de izquierdas como Quintana o Griso la secundaran implica que la
convocatoria había conseguido su objetivo, que no debe ser otro que desbordar
los límites de la tribu y convencer a alguien que no piensa como tú para
que se mueva por una reivindicación que crees justa. Es obvio que no vas a
convertir a esas dos, pero al menos has logrado hacer llegar tu mensaje a su
público. Después queda la ímproba tarea de darle forma comestible y ofrecerlo
emplatado con una presentación atractiva, pero el primer paso ya está dado.
Hasta que llegan
los aguafiestas[4].
En este caso en
femenino, aquí viene una tal Paula Guerra a contarnos que, en el fondo, esta
huelga es una trampa más tendida por el racismo y la xenofobia[5].
Empieza mal,
llamando “Día Internacional de la Mujer” al Día de la Mujer Trabajadora, pero
viendo que cita al justamente olvidado Frantz Fanon, cualquier cosa puede
suceder en adelante. Y sucede. Estudiemos estos dos párrafos:
“La realidad es
que en España miles de mujeres no podemos sumarnos a este paro aunque
quisiéramos. Como mujeres migrantes/racializadas, subalternizadas por el
racismo estructural, la convocatoria que nos hacen las feministas blancas nos
parece una invitación surrealista proveniente de un mundo paralelo. Un mundo de
derechos que no es el nuestro.
Nosotras somos
las sin papeles. Somos las que trabajamos en el mercado informal. Somos las que
no estamos en condiciones de poner en riesgo nuestros contratos basura porque,
si los perdemos, nos quedaríamos nuevamente sin papeles y lo que sigue a eso es
el CIE y la deportación. Somos las que no podemos delegar en nadie de nuestro
entorno las labores de cuidado. Somos las que no paramos nunca porque no
contamos con el privilegio de poder parar”.
Así, en primera
persona del plural. Incluyéndose. Desde luego, el primer insulto a la
inteligencia es ¿quién sería tan estúpida de declarar que no tiene papeles en
uno de los periódicos más leídos de España? Pues nadie en su sano juicio,
obviamente...
Paula
Guerra se autodefine “Licenciada en Comunicación Social. Chilena de origen,
madrileña por decisión. Activista de Sos Racismo Madrid y de la red de
colectivos Caravana Abriendo Fronteras. Feminista y animalista”. Colaboradora habitual
de eldiario.es y El País, no parece que tenga mucho en común con
el colectivo al que dice pertenecer, pero eso no es obstáculo para que se
despache a gusto: “Las mujeres blanco ―
europeas están por encima de nosotras con todos sus privilegios de mujeres no
racializadas. No se trata aquí de organizar una jerarquía de opresiones, sino
de tomar conciencia de que los privilegios fijan el espacio que habitamos en el
mundo, y eso debe llevarnos a una reflexión crítica respecto a la forma en que
determinados discursos y métodos de lucha continúan subalternizando a millones
de mujeres en el mundo (...) Es indispensable que se difunda y conozca el
trabajo de las feministas antirracistas decoloniales gitanas/moras/negras/latinoamericanas,
quienes están produciendo nuevas epistemologías y formas de hacer a partir de
nuestras realidades y cosmovisiones (...) Si no somos capaces de subvertir el
discurso hegemónico, todos los 8M volverá a ocurrir lo que muy bien resume Yos,
compañerx de lucha antirracista: “por una blanca que pare, diez migrantes
trabajarán ese día”.
Si he de juzgar
por la foto que acompaña al artículo, Paula Guerra es más blanca que yo y
supongo que por eso añade la coletilla de europeas[6].
Leía esto y
pensaba en las europeas más blancas que el papel que se prostituyen a diario en
Las Ramblas, con las que me cruzo cuando
voy a trabajar. Pensaba también en esos anuncios de pisos donde hay jovencitas
chinas a tu disposición a cualquier hora del día por cantidades irrisorias. Y
me podrán llamar lo que sea pero tampoco podía evitar pensar que esta
autoproclamada portavoz de las mujeres “racializadas” es una racializadora de
diez pares de narices, pues no considera casos de explotación femenina tan
obvios, sufridos por extranjeras. Estas mujeres no están para producir
epistemologías o cosmovisiones...
Es
interesante leer estos discursos como lo que son. Toda esa palabrería
decolonialgitanamoranegralatinoamericanaepistemológicacosmovisiva sólo quiere
decir una cosa: ¡Dadnos dinero! ¡Queremos vivir de esto! No en vano, Guerra
pertenece a una organización ― SOS Racismo ―
famosa por provocar muchos más problemas de los que resuelve[7].
Guy Debord se
cansaba de escribir que había que desconfiar de aquellos que promovían cambios
que mejorarían su situación personal. Leía que Ada Colau ha aumentado un 78%
las subvenciones del ayuntamiento que preside a la ONG Observatori DESC, de la
que vivían ella y Pisarello antes de llegar a la alcaldía[8].
Más allá de las
historias sobre las injerencias rusas, parece claro que fue ese discurso llorón
de Hillary Clinton el que le costó la presidencia ante el botarate Trump.
Una de las
consignas más celebradas de los Tupamaros uruguayos fue su “O hay patria para
todos o no hay patria para nadie”, que, puesta al día, vendría a equivaler al
famoso “Somos el 99%”. Cuando un puñado de vividores pretenden convencernos de
que en el fondo somos todos horribles porque por muy jodidos que estemos somos
unos opresores que estamos explotando a tal y cual etnia abandonada, mal vamos...
Cualquiera diría
que había una lección que aprender del triunfo de Trump, pero no parece que
algunos la hayan aprendido.
Sé que es zafio,
pero a esa izquierda divisiva, fustigadora y llorona que no entiende que la
unión hace la fuerza yo la llamo la izmierda.
Y de esa vamos
sobrados...
[1]
Los sindicatos minoritarios que la convocaron inicialmente pedían un paro de
jornada completa pero UGT y Comisiones llamaron a paros parciales de dos horas
en diversas franjas según los turnos. Que yo sepa, no se ha desglosado la
cifra, de modo que no se puede saber quién paró las ocho horas y quién paró
dos.
[2] M.
B./Agencias: “La Virgen María y la Reina Letizia apoyan la huelga feminista (y
la ministra de Igualdad, no)”, El Español, 05/03/18 y Sin firma: “El 8m
conquista las revistas del corazón: esta es la nueva portada de Pronto”, eldiario.es,
11/03/18.
[3] El
Cielo está más allá del tiempo y del espacio, y si no fuera así una nave
espacial bien equipada podría llegar a él, pero el cuerpo de la Virgen ha de
ocupar un espacio forzosamente. Esa duda teológica fue la que me llevó al
ateísmo al día siguiente de recibir el sacramento de la confirmación. Siempre
he pensado que el obispo se lió y me echó el hechizo al revés.
[4]
Una palabra magnífica. La versión catalana tampoco está mal, traducida sería
“chafaguitarras”.
[5]
Paula Guerra: “Huelga del 8M, o cómo el feminismo blanco sigue dominando la
narrativa de la lucha feminista”, eldiario.es, 05/03/18.
[6]
Aunque en otra parte de su escrito declara “No vamos contra las feministas
blancas”, sin adjetivo alguno. Cualquiera diría que tiene problemas para
aceptar la imagen que le devuelve el espejo.
[7]
Allí donde tiene actividad, que tampoco es en demasiados sitios. Su
hipervitaminado representante en Vitoria, Fede García, es objeto masivo de
desprecio. Y no sólo entre los votantes de Maroto...
[8] De
150.000 a 267.016 euros anuales. Clara Blanchar: “Barcelona dispara las
subvenciones a entidades próximas a Colau”, El País, 14/03/18.
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